Construir un mundo nuevo más allá del capitalismo y el patriarcado |
Fernando Soberanes (movimiento magisterial de Oaxaca), Guillermo Palma (Comunarr – Tarahumara) Gustavo Esteva, Claudia von Werlhof |
Auditorio José Sánchez Villaseñor, edificio N, 1er Piso Universidad Iberoamericana – Ciudad de México Prol. Paseo de la Reforma # 880 Col. Lomas de Santa Fe. México, D.F. |
18 de noviembre de 2015
Claudia von Werlhof: Buenos días a todos y todas. Tengo nada más unos minutos para convencerlos a ustedes de un concepto nuevo, pero seguramente útil para entender nuestros tiempos tan peligrosos […], que quiere decir “desde sus raíces”. Ya no es el tiempo para hacer muchos chistes y equivocarse, porque la tormenta se nos acerca cada vez más rápidamente. Entonces hay que acabar con las confusiones. El sistema mundial que nos amenaza a todos y todas, esencialmente se basa en un fenómeno muy raro: un odio a la vida. Es un odio a la vida que se ha hecho sistema, sociedad y civilización global. El odio a la vida está encarnado en todas las desilusiones de la civilización moderna: en la economía, tanto que en la política, en las ciencias, en la relaciones sexuales, y especialmente en la antropología moderna. No hay casi lugar en que no se encuentra el odio a la vida como idea y sentimientos básicos, literalmente hecho concreto. El odio a la vida entonces no es un odio cualquiera, una ilusión meramente personal, individual, independiente de la situación o del momento, si no que ese odio es el odio a nada menos que la vida misma, tomando como fundamento, motivo, y criterio más esencial, en general, para la construcción de la civilización llamada patriarcal, como tal desde hace cerca de 5,000 años. El patriarcado como concepto parece estar resurgiendo hoy desestabilizado desde hace 30 años, en los cuales casi se prohibía hablar de él, porque era un concepto de feminismo radical que se quería destruir, a la hora erradicar al neoliberalismo. Esos estudios de género que ya no hablan del patriarcado, y se está volviendo a las reivindicaciones por más igualdad dentro del sistema actual, que significa el querer integrarse mejor a él, y subir al poder, como lo planteó la izquierda ya en tiempos anteriores. Pero hoy se trata de salirse del sistema del odio a la vida en vez de hacerse siempre más cómplice, y además voluntariamente, de sus pasajes. Porque el sistema patriarcal no es un sistema de la muerte como se decía varias veces en la conferencia, sino de la matanza, que se ve en el ecocidio, en el matricidio, en el homicidio, y finalmente omnicidio: la matanza del todo, que ya se ve acercándose sobre el horizonte con la llamada geoingenieria, que ha empezado a acabar incluso con el planeta mismo, nuestra madre tierra, transformándola en arma de guerra. Se hace esto aplicando nuevas tecnologías de destrucción masiva para tomar el control sobre el planeta entero y utilizar sus fuerzas para la guerra metereológica, y la de las llamadas armas de plasma, entre otros. […] ingeniería militar, producto de 70 años de experimentación al aire libre, está apareciendo hoy en el disfraz de una geoingeniería civil, que como se nos dice, nos va a proteger contra el cambio climático y el calentamiento global, que son los resultados de esta experimentación misma y no de la división de los gases invernaderos seguros, como se nos viene ocultando desde los militares. Quiero en esta ocasión anuncia el libro de la doctora Rosalie Bertell: El planeta tierra, la última arma de guerra, que apareciera justo después de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, en París, en diciembre. Santo grial, La casa del mago, Guadalajara: “sabíamos que los militares no son una institución de amor a la vida, pero no sabíamos que el conjunto de las instituciones civiles está contaminado por el mismo odio a la vida perverso, ilógico, y tan destructivo, como describía Iván illich”. ¿Cómo se puede odiar a la vida que es la nuestra también?, odiarse a sí mismo o misma, ¿por qué? Este es el reto inefable. Había entonces que ser revelado. Porque claro está que lo odia la vida no se confiesa, ni se promueve o propaga como tal, ni se menciona en ninguna parte. Es porque casi nadie quisiera participar del proyecto del odio a la vida, pues el amor a la vida es algo todavía, y viene de la civilización no patriarcal, la llamada matriarcal, esa civilización del amor por la vida, de la cooperación con ella, del festejarla, y del buen vivir en comunidad, sin estado, jerarquías, ni policías, ni bancos, para que no se vean los crímenes espantosos que todos los patriarcados han cometido contra la vida, los niños, las mujeres, la gente, la tierra, los animales y plantas. Se esconde el motivo oscuro del odio a la vida, siendo la razón la racionalidad de la violencia contra la vida, para evitar la rebeldía, el alzamiento de parte de la gente que ya no creería en ese proyecto, sino lo considerarían un insulto. En cambio, se nos dice que la violencia es necesaria para el desarrollo, el progreso y una vida mejor para todos, pero muchas veces esta violencia, dicen, y es entendida y percibida, si no sólo de parte de los afectados. La consolación consiste en la promesa de una vida mejor después de haber sacrificado a esta misma vida. ¿Porque será que no se haya entendido esta falta de lógica, esta contradicción insoportable?, que hay que sacrificar a la vida por tener una mejor. Se debe al proyecto utópico del patriarcado desde hace miles de años, y que se explica en los textos antiguos, es decir de los patriarcados tempranos. Se trata del proyecto de voltear el orden natural como tal para implementar un orden opuesto al natural, y antinatural. La idea se forma ya muy temprano, y tiene su origen en las guerras y conquistas contra las civilizaciones matriarcales de todo el mundo, estableciendo el control sobre los sometidos. Se tenía que pensar un sistema del estado, que organizaba ese control. Pues fue el control sobre la vida misma de los sometidos, la naturaleza y la cultura matriarcales. Para evitar el levantamiento y el fin de la dominación patriarcal se desarrollaba este sistema del odio a la vida que culminó en el proyecto de sustituir el orden natural por uno opuesto y artificial, para quitarse de encima el problema con la vida de una vez por todas. En el orden nuevo se creía que ya no se dependía de la naturaleza, de las mujeres, de las madres y de la Tierra. Inventaron un sistema de creación masculina, patriarcal, más allá de los signos, vínculos y movimientos de la naturaleza. Se llega de la diosa a un dios creado. y hasta la tierra artificial de hoy, posibilidades humanas a la vida artificial, con otras posibilidades productivas, globalizadas, así, como resultado podemos ver hoy en día en todo el mundo, porque ese proyecto de sustituir a la vida por una no-vida sólo se realizó prácticamente con la civilización moderna patriarcal capitalista, y su tecnología de la máquina. Los intentos anteriores de producir la vida supuestamente mejor, más alta y más divina, fracasaron todos. Por eso la tecnología. Pero la tecnología moderna llevó al proyecto paternal a su realización monstruosa, y por eso el patriarcado moderno lo llamo el monstruo. Entonces, el monstruo consiste no solamente en explotar, extraer y apropiar, sino especialmente en transformar lo apropiado en lo opuesto, que hoy se llama capital, mercancía, dinero, máquina, y mando desde arriba, en este sistema. Entonces no puede haber ninguna verdadera democracia tampoco, es un sistema principalmente totalitario que no escucha a los afectados, que no se deja frenar y que ha adoptado una velocidad y eficiencia siempre más dinámica para acabar con la vida en el planeta, haciendo un negocio de ello, y una acumulación del poder. Todo será hecho por los llamados “padres”, el origen de todos era patriarcal, sin cuidar de una madre, de la madre tierra, y de un origen marginal. De este modo se ve que el patriarcado es una formación tecnológica, y consiste en transformar todo lo que existe de modo violento, y continuará con esto hasta cuando ya no exista nada. El capitalismo es la manera moderna para llevar a cabo ese proyecto utópico de transformación, que cuando se termine con el patriarcado puro estaremos todos muertos. Espero que los hombres que han tenido problema con el término patriarcado ahora pueden ver que este patriarcado tiene que ver con ellos también, y si deciden pasarse al otro lado, el de la naturaleza y las mujeres; como las mujeres todavía están más cerca de la vida que surge de ellas (y por eso están aún más cerca de la verdad de la vida). Cuando se levantan las mujeres lo hacen por la vida siempre y desde hace mucho tiempo, es por eso que las mujeres que empiezan nuevamente a levantarse masivamente en todo el mundo en contra de la violencia y en pro de la vida muestran el camino hacia afuera del patriarcado y su violencia. Hay que seguirlas, hay que abrazarlas, hay que amarlas. No son ellas la amenaza, sino ese monstruo, la hidra patriarcal, que es la combinación del capitalismo y neoliberalismo, el colonialismo, la globalización y el individualismo. El patriarcado es un proceso histórico que está llegando a su culminación con el capitalismo, con su odio la vida. Tiene necesariamente que colapsar, porque destruye la vida continuamente, sin poder reemplazarla realmente. El capital no se regresa a la vida, la patriarcalizacion es irreversible. Se trata de una religión y los patriarcas no pueden dejar de creer en ella, porque de otro modo tendrían que regresar al matriarcado, y buena idea para todos los demás, qué alegría se saldría del fraude patriarcal espantoso, y se llegaría a la dignidad humana otra vez, que consiste en negarse rotundamente al sistema patriarcal, y no van a poder mantener este sistema sin nuestra cooperación. Madre tierra o muerte, ese es el tema de hoy, de la casa común a la cosa común, es liberarnos del odio absurdo a la vida como enfermedad colectiva, y como su conciencias colectivas. La vida no se mata, se ama y “se comparta”.
Guillermo Palma: Buenos días. A lo largo de estos días del encuentro, a mí me ha enriquecido mucho, espero que a todos nos haya pasado lo mismo. Compartimos palabras, compartimos sonrisas, compartimos nuestros tejidos, y es bueno decir que sobre todo compartimos pensamiento. La palabra que tejimos en estos días se hace un pensamiento de todos, y eso es una riqueza enorme, la diversidad de pensamientos; aunque a lo largo de estos siglos, sobre todo del siglo pasado en el que ha habido intentos de uniformarnos todos, de que haya una sola educación, una sola lengua, una sola manera de ver la economía y de entenderla, pero estos encuentros nos ayudan a volver otra vez a pensar que todos somos diferentes, y cada pueblo, cada familia, cada persona tiene diferente manera de estar en este espacio que nos constante[1], en este tiempo que nos ha permitido el día de hoy estar aquí. Entonces, es necesario todo este esfuerzo para podernos encontrar y escucharnos en el otro, vernos en el otro, pensarnos en el otro, y compartir nuestras sabidurías y sobre todo nuestras ignorancias. Si compartimos ignorancias empezamos a construir saberes nuevos, pero desde la unidad[2], desde mí como persona y desde la otra persona que piensa diferente. Por lo tanto, desde aquí, en estos espacios de pensamiento diverso, aunque pensamos que vamos a favor de la vida los caminos nos juntan en algún momento, estos caminos se intersectan. Entonces, si mi camino hacia la vida, a la conservación del pensamiento de mi propia cultura es en espiral, y otras culturas van de manera lineal, en algún momento, en algún espacio, nos tenemos que encontrar. Entonces, estos son espacios que creo que donde podemos encontrar estos distintos de caminar en la vida, estos distintos caminares en la vida.
Pensaba hace ratito: ¿qué digo?, ¿qué pienso?, ¿qué estoy pensando en este momento? Espero que Pablo no me dé (…)[3], pero bueno…, este…, todos estos encuentros yo creo que, a lo largo de la existencia del hombre, y del no-hombre también, de nuestros hermanos árboles, nuestros hermanos venados, aves, toda la naturaleza en sí… ha habido encuentros toda, toda… toda la historia. Por eso estamos aquí. Y…, pero ahorita pensaba que hace… no sé, cien, doscientos años, estos encuentros no eran posibles. El yo escuchar a las personas que vienen de Palestina, a las personas que vienen de… a la persona que viene de… es kurda, ¿no?, este… eso no hubiera sido posible. El encuentro era mucho más regional, pudiéramos decir, mucho más intercomunitario. Aunque había intercambio de productos y todas estas cosas que están en distintos lugares, no era posible ese encuentro, este tipo de encuentros con compañeros colombianos, compañeros de la península de Yucatán. No era posible. Pero ahora es posible, y agradezco a todos ustedes por compartirme su pensamiento, su palabra, porque eso nos enriquece a todos. ¿Cómo seguir construyendo, cómo seguir tejiendo? Yo creo que esto es un… un intento, o una primera fase de algo mucho más grande. Si seguimos construyendo de esta manera yo creo que va a haber mucha más fuerza para este mundo que aparentemente está olvidado, para esta otra nueva manera de convivir con lo que el creador nos dejó, y esta responsabilidad de cuidarlo. Por lo tanto, creo también que es muy importante no desaparecer todo lo que occidente nos trae. No sé si sea una falacia, pero yo creo y también siento que tiene sus cosas bonitas, cosas importantes, cosas que nos ofrece. De Chihuaha a aquí yo hice dos horas, sin toda esta tecnología yo no hubiera podido venir. Hubiera hecho un viaje de dos días. Entonces hay que aprovechar las cosas de cada cultura, que cada cultura nos ofrece, cada pueblo, cada historia, cada contexto; y hacer lo mejor de cada… de cada… de lo que nos ofrece cada cultura. No podemos decir que los pueblos indígenas son totalmente blancos, son totalmente buenos, que no existe maldad. Caro que existe. No somos totalmente blancos, también tenemos cosas oscuras, igual que en el mundo mestizo. Entonces, yo creo que hay cosas positivas de cada pueblo, que nos podemos enriquecer, y nos podemos hacer más responsables uno con el otro, más solidarios, y sobre todo aprende a aprender del otro, aprender a escuchar al otro, y animarnos unos con otros. Entonces: ánimo, la vida sigue, y por aquí nos seguimos viendo en este tiempo, en este espacio (…)[4]. Muchas gracias.
Fernando Soberanes: Buenos días. Bueno, quiero platicarles que a mí me pasó hace un tiempo, cuando era niño, nadie quería ser el primero (…)[5] porque después de estos tres días siento que tengo muchas cosas que decir, pero la verdad es que no sabría dónde empezar, y, pues…, además, venir aquí, a la Ibero…dije yo, no sea que, mi intervención era que no he leído más de tres libros y mejor (…)[6] Pero la intervención, la participación que hizo el compañero Pablo me da la idea perfecta de por dónde empezar. Entonces quiero decirles que no voy a hablar de la extrema derecha ni de la extrema izquierda, tampoco de la violencia del centro. Voy a hablar desde una postura mucho más importante que cada día toma más fuerza. Cada día hay más voces, más sesiones, más gente. Voy a hablar desde tejiendo voces por una casa común, para construir un nuevo mundo más allá del capitalismo y del paternalismo. A ver si no los desilusiono por no hablar de la extrema izquierda o de la extrema derecha. Y en este sentido, en esta corriente, en estas voces cada vez hay más gente trabajando diariamente. A veces conscientemente, a veces no teniendo mucha conciencia de ello, pero estamos de alguna manera trabajando y transformando este mundo. Y… y en esta misma idea creo que los pueblos originarios, no solamente en Oaxaca, en todas partes están formando un papel fundamental, están jugando un papel importantísimo y nos están influenciando a los demás. Es el caso del movimiento magisterial de Oaxaca, que tiene una fuerte influencia indígena y lo presenté el primer día, ese movimiento se ha sostenido por 35 años, cuando otros movimientos magisteriales en otros estados de la república no han podido subsistir por mucho tiempo, y en muchos estados, sólo quedan pequeños grupos o grupos minotarios vamos a decir, no (…)[7] las secciones sindicales. Sin embargo, ahora esta reforma educativa, está haciendo que emerjan movimientos en muchísimas partes. También quiero decirles que, como casi no venimos aquí a la Ibero, yo es la primera vez que vengo. Y nosotros siempre llegábamos al zócalo cuando llegábamos aquí, pero el 13 de septiembre del 2013 nos desalojaron y nos mandaron al monumento de la Revolución nos dijeron “este es el gobierno del cambio, tienen que cambiarse de aquí del zócalo. Tiene que irse a un lugar más restringido, porque también las reformas que tienen son todas restringidas, van a restringirles su perspectiva de vida, van a restringirles sus esperanzas, pero parece que eso no ha sucedido. Al contrario, creo que esto ha permitido también que más gente nos sumemos, que la rabia que está despertando en mucha gente pueda hacer que nos sumemos más voces a esta corriente que mencioné al principio. Y en este sentido, la fuerza de los pueblos originarios, si bien es importante, creo que también, el asunto de la educación es muy importante. Y no (…)[8], dice el gobierno de México que las reformas educativas son las más importantes cuando nosotros creíamos que era la energética. En esta reforma educativa, yo mencioné el primer día, que nos oponemos a ella porque queda en riesgo no solamente lo que dice la televisión, no es solamente el salario, no es solamente el empleo, no solamente la privatización de la educación, sino también la orientación de la educación. Las reformas van aplicadas a una relación para alejarla cada vez más, negociado está, cada vez más de los intereses de la población. Y para contrarrestar esto, desde antes de las reformas y gracias al movimiento magisterial, a nivel nacional han surgido propuestas de la educación alternativa que ponen en entredicho a todo el sistema educativo. No voy a repetir lo del primer día, pero si quiero recordarles que en las secundarias como (…)[9] que no pase de diez… es una fuerte crítica al sistema educativo, porque no se lleva lugares a programas nacionales y porque los proyectos se construyen en la comunidad, entre maestros, alumnos y en la comunidad, y no hay clase de manera formal, no hay horario de clases (que una de matemáticas y una de español, etc.) Y lo esencial, es mucha investigación en la comunidad (…)[10] se trabaja, primero, con proyectos de aprendizaje, primero, segundo, y tercer año con proyectos de investigación, es decir, proyectos de aprendizaje donde se reúne mucho del conocimiento de la comunidad y el tercer año se trata, junto con la comunidad, a partir de sus conocimientos, generar nuevos conocimientos. Esto es uno de los proyectos más avanzados, pero no es el único de los que estamos defendiendo.
Nos oponemos terriblemente a la demagogia que se hace con la educación bilingüe intercultural, no la vemos por ningún lado. Y cuando hay educación bilingüe, que son compañeros que han desobedecido las normas, que se han salido de la formación que recibieron, y consiguen por otro lado la formación, pero el día (…)[11] es pasar de una educación que, aunque sea bilingüe, está colonizanda. Es decir, a veces se promueve la colonización de manera monolingüe, y a veces de manera más objetiva de manera bilingüe.
Entonces, en el fondo está la lucha por descolonizar esta educación, y eso es lo que en el fondo aludieron hoy (…)[12] y Mario Moreno a que a partir del día 29 del mes pasado, llevamos cuatro presos políticos, haya a treinta órdenes de aprensión más y otro tanto en Michoacán y Guerrero.
Pero no es solo por el movimiento magisterial, es porque los maestros hemos empezado a tomar, no en nuestras manos, sino junto con la población, el destino de la educación.
Gustavo Esteva: nuestro encuentro llega a su fin. Hace poco más de un año fue el sueño de unos cuantos amigos, de unos poquitos colectivos que empezamos a soñar juntos cómo podíamos ponernos en camino ante el horror que todos padecemos. Discutimos mucho, hablamos de muy distintas opciones, de muy distintas posibilidades, y cuando empezamos a soltar la idea vimos que empezaba a crecer como una bola de nieve. Se producía una especie curiosa de contagio. Eh… pasamos de una manera, que no nos dimos cuenta cómo, de la promoción, que nunca realmente hicimos, a la conmoción. La promoción es esta idea de promover, mover. Mover al otro implica una de dos cosas: o que el otro no se está moviendo, lo cual es siempre falso, la gente está moviéndose; o una cosa peor: que la gente está moviéndose, pero que va en el sentido equivocado, y que uno sí sabe dónde debe moverse, y por eso hay que promover el camino adecuado. Conmoverse es otra cosa. Eh… conmover es una palabra muy fuere en español, que implica, entre otras cosas, que se mueve todo, no solamente es la cabeza, sino que es el estómago, el corazón, todo lo demás; y además conmover implica moverse con el otro, con la otra. Lo estás moviendo, no estás tratando de llevarlo a ninguna parte, sino moverse como cuando uno baila: moverse junto con el otro, con la otra para juntos encontrar qué hacer; y así fue haciéndose esta bola de nieve, y en el camino, cuando surgieron diálogos, cuando se empezaron a dar diálogos, emm… nos llenó de alegría y esperanza la alegría y esperanza que se producía en los diálogos. Veíamos que grupos, que a lo mejor estaban en el mismo camino, que a lo mejor estaban viviendo en la misma ciudad, que a lo mejor sabían uno del otro, pero que nunca habían estado juntos, nunca se habían puesto a platicar entre sí: platicaban, se encontraban, se peleaban, discutían, llegaban a algunos acuerdos y salían llenos de alegría y esperanza; y eso nos produjo nueva alegría y nueva esperanza para hacer lo que estábamos intentando. Nos hizo ver que una parte terrible de lo que nos han hecho es esta fragmentación: que nos dividen en clases, en grupos, en muy distintos tipos de divisiones, y finalmente en la fragmentación extrema en que estamos viviendo, en una sociedad que alimenta constantemente el individualismo. La fragmentación de todos los individuos, las individuas, que estamos cada quien tratando de hacer su vida y de sobrevivir en esta situación muy extrema. Desde esa fragmentación empezamos a ver cómo los diálogos, las maneras de encontrarse, las muy distintas maneras de encontrarse que presenciamos en este año empezaban a dar un resultado muy interesante, muy claro, muy concreto, que uno puede tocarlo, ver, y empezar a ver de qué se trata; y así se empezó a fraguar este encuentro, que era para nosotros, para quienes estábamos envueltos en esta iniciativa, eh… una especie de plataforma de lanzamiento: nuestra presentación en sociedad. Aquí estamos, estos somos. Estos somos los que estamos tratando de hacer esto, que estamos tratando de tejernos con otros para ver cómo podemos juntos definir nuestro caminar, detener el horror, y construir un mundo nuevo.
Así llegamos a este encuentro, un encuentro muy complicado, algunos consideran que fue un realmente disparate esto de hacerlo en cinco sedes, que tuvo una serie de complicaciones drásticas[13] muy grandes, pero era una complicación natural de lo que nos pasó[14], no hubo una decisión suprema de alguien que dijera “vamos a hacer este (…)[15], vamos a hacer el coloquio de esta y esta manera”, sino que fue saliendo, se fue haciendo la bola de nieve, alguien levantó la mano en alguna parte, ahí está el de Guadalajara que dijo “Yo quiero”, y empezaron a hacerse cosas en Guadalajara, y así empezaron a tejerse. Ese es el estilo de esta cosa. Eh… empezaron a tejerse esas posibilidades de ese encuentro que fue efectivamente muy complejo, pero que fue claramente una oportunidad de escuchar una inmensa variedad de voces.
Esta fase final del encuentro, aquí en la ciudad de México, aquí en las instalaciones de la Ibero, repetimos algo que se dio en cada una de las sedes, se hizo ver todo el tiempo. Eh…, nuestros (…), quienes hablan primero, eso que llamamos gente común, una voz, una palabra, una expresión que crea muchas confusiones. No, no es gente común este que tengo a mi derecha. Eh… ¿a quiénes vamos a llamar gente común? Sólo son gente común la que está lejos, que tiene la legitimidad, que tiene claramente la etiqueta “yo soy pueblo indígena”, y ahora los pueblos indígenas tiene prioridad, entonces estamos perdiendo a la gente común. Eh… ¿cómo vamos a definir a esa gente común? Estamos diciendo, y esto tiene mucho sentido, tiene un fondo histórico y una experiencia concreta, que sí es el momento de escuchar a los pueblos, que sí es el momento de escuchar a hombres y mujeres ordinarios que están teniendo un comportamiento extraordinario. Pero grandes cambios, cambios profundos de sociedad. Cuando un mundo se derrumba y empieza a crecer otro lo hacen no los grandes líderes, no la toma de la Bastilla o el Palacio de Invierno, lo hacen las gentes comunes y corrientes, las gentes que están haciendo su vida de todos los días y que de pronto en (…)[16] y por razones de estricta supervivencia empiezan haciendo un esfuerzo radicalmente. Hemos dicho muchas veces y en distintos escenarios, que los primeros burgueses y proletarios murieron sin saber que lo eran. Ya había llegado el capitalismo, ya estaban las relaciones sociales de producción que definen el modo capitalista de producción, y estaban ya como empresarios, como burgueses y como proletarios. Ya estaban ahí, pero en su cabeza seguían con el reino, la monarquía, (…)[17], y ellos inmersos en el mundo feudal; y esta metáfora, esta comparación, esta analogía era solamente para subrayar, para decir que no podemos darnos ese lujo, que no podemos cerrar los ojos al mundo nuevo que está naciendo aquí abajo, ante nuestras narices, ante nuestras miradas ciegas, y siguen atrapadas en el mundo que fue, que siguen atrapadas en las viejas categorías, que siguen atrapadas en un conjunto de instituciones que tienen ya comportamiento de zombis: están muertos pero no se han dado cuenta. O sea, un conjunto de instituciones, categorías, palabras, formas de existencia que ya no tienen vida, que ya no pueden reproducirse, y siguen pesando sobre nosotros, aunque se estén cayendo a pedazos, y que sobre todo no nos dejan ver lo nuevo, lo que está naciendo.
Esta iniciativa, este encuentro, tiene un propósito inmediato y muy, muy claro: ¿cómo podemos despertarnos juntos de la pesadilla? En este despertarnos juntos, sufrir juntos, sentir juntos el dolor, lo hemos estado teniendo en estos días este dolor que nos puso sobre la mesa Javier Sicilia, el dolor de las víctimas. De alguna manera sabemos que todas y todos somos víctimas. Compartir este dolor, pero compartir también la posibilidad de una nueva mirada.
Este mayo, los compañeros zapatistas que convocaron a un gran encuentro, a un semillero que hemos estado oyendo con frecuencia esta semana todo lo que se discute de ese semillero, es un auténtico semillero, se sembraron en muchas partes sus semillas, y una de las cosas que nos dijeron: sí, tenemos una práctica, tenemos una posibilidad de una producción social diferente. Ahí hay sociedad, una práctica que es en sí mismo teoría como que hemos construido una cosa radicalmente distinta, pero todavía nos faltan conceptos. Por eso (…)[18] esa metáfora del vigía en medio de la tormenta: alguien que con pensamiento crítico pueda estar tratando de analizar lo que pasa y darnos, para alimentar esa mirada, las nuevas palabras, los nuevos conceptos que nos hacen falta. Los viejos ya no sirven, no nos permiten entender lo que pasa ni mucho menos nos permiten construir el mundo nuevo. Entonces hay en esa iniciativa una muy, muy clara urgencia de invitarnos a pensar, a reflexionar, a estar juntos, intercambiar ideas, intercambiar experiencias, intercambiar luchas, y de este intercambio podamos ir tejiendo las nuevas ideas, los nuevos conceptos, las nuevas palabras que nos permitan iluminar nuestro caminar.
Las palabras son claramente puertas de la percepción. Según las palabras que usamos, así experimentamos el mundo. Estamos invadidos por palabras amibas, y han ido perdiendo sentido en nuestras viejas y buenas palabras. Una tarea central, una tarea que planteamos con urgencia es cómo le damos nuevo sentido a viejas palabras, o inventamos nuevas palabras que nos permitan ver el nuevo lugar, la nueva época en la que estamos. Esta iniciativa tiene ante todo esa tarea. Ha sido creada, se crea el día de hoy, se instituye el día de hoy una red que no llamamos red, sino tejido, en congruencia con nuestro nombre, un tejido de un grupo de cuarenta y dos personas que nos podemos sentar juntos para pensar juntos, desde varias partes de México, desde varias partes del mundo, para pensar juntos ese nuevo camino, esas palabras, esas posibilidades. Este mismo día nace una intención. Dijeron los compañeros, nos reunimos (…)[19] de colectivos, de pueblos, de comunidades, nos dijeron nos encontramos y queremos seguirnos encontrando, ¿por qué no nos planteamos cómo seguir estos encuentros a partir de ahora el año que entra? Estas son las dos iniciativas que salen de la nuestra en que a partir de hoy vamos a estar tratando de tejer.
Ustedes pueden ver de inmediato cuáles son las dificultades que tenemos, tenemos de inmediato en esta mesa. ¿Cómo hacemos un tejido que tenga un sentido apropiado, un tejido que tenga sentido? Este análisis feroz, contundente de la Claudia no pone en frente de la catástrofe, que tiene de pronto algunos tintes apocalípticos, pero que no nos deja en el apocalipsis, sin que nos deja también en la mesa un aliento de esperanza. ¿Cómo hacemos?, ¿cómo tejemos esa voz, ese discurso que nos acaba de entregar Claudia con la voz de Memo, con la voz de un buen rarámuri que es de allá, desde el norte del país, en esa sociedad peculiarmente dispersa de ser, en esa sociedad que es en un sentido exactamente lo opuesto de Santa Fe, lo opuesto de este monstruo de veinticinco millones de habitantes que tienen en una noción completamente diferente de la vida. ¿Cómo tejemos la voz de Claudia con la de Memo, y con este esfuerzo que están haciendo desde la propia base de los pueblos los maestros de Oaxaca?, y hay muchas voces que vimos aquí, muchas que no están pensando lo mismo, que no están yendo en la misma dirección, que tienen quizás… que comparten rápidamente la misma angustia, el horror, pero que no tienen nada en común al parecer. Se dijo en el documento que acaba de leer Fernando que no estamos buscando crear un partido, que no estamos buscando crear un grupo dirigente, que no estamos tratando de crear una nueva corriente política, sino que estamos tratando de tejer nuestras distintas voces para caminar juntos. No hay un aparato, no vamos a tener una oficina, no vamos a tener una dirección específica en la cual alguien pueda decir “tú puedes entrar a nuestra iniciativa y tú no, tú puedes inscribirte, registrarte o cualquier cosa”, la decisión de participar en la iniciativa es la decisión de quien participa, no es de nadie más decir que si puede o no puede. Tenemos para utilizar cómodamente los medios electrónicos modernos, tenemos una página, es TejiendoVoces.org.mx, y ahí estamos encontrando una forma de concentrarnos quienes decidan por sí mismos y por sí mismas participar en esta iniciativa, participar en este irnos tejiendo en el camino, para enfrentar el horror y para construir el mundo nuevo. Quiero subrayar que sólo empezamos. De alguna manera es hoy el día oficial en que empezamos con esto, pero llevamos un año tejiendo algunas vocecitas aquí y allá, y en este momento nos sentimos suficientemente fuertes como para lanzarnos a la aventura, hoy arranca oficialmente nuestra aventura, y al arrancar esa aventura quiero terminar, bueno, dejar de terminar, sin expresar mi más sincera gratitud, un profundo agradecimiento que tenemos todos los que arrancamos esta iniciativa a las universidades que nos cobijaron, en particular a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, y a la Universidad Iberoamericana. No puedo a ponerme a mencionar a todas las personas que pasaron sin dormir muchas noches, aquí tengo uno… que pasaron una inmensa cantidad de esfuerzos, que gastaron muchísimas energías, pusieron una inmensa pasión y compromiso en que esto pudiera tener lugar. Les agradecemos a todas ellas, a todos ellos el esfuerzo que hicieron, y a todos ustedes por estarnos acompañando en esta clausura desde su lugar (…)[20]. Muchas gracias.
[1] No estoy seguro de que en efecto haya dicho “constante”.
[2] No estoy seguro si dijo la “unidad”, o la “otredad”.
[3] Inaudible
[4] Inaudible
[5] Inaudible
[6] inaudible
[7] Inaudible
[8] inaudible
[9] Inaudible
[10] Inaudible
[11] Inaudible.
[12] Incomprensible.
[13] No estoy seguro de que “drásticas” sea la palabra que efectivamente utilizaste.
[14] Esta última frase tampoco se escucha bien porque hay risas.
[15] Inaudible.
[16] Inaudible.
[17] Inaudible.
[18] Inaudible.
[19] Inaudible.
[20] Inaudible.