Violencias de género:resistencias y construcciones de cuerpos y territorios |
Xóchitl Leyva, Angie Rueda, Cecilia Zeledón [Modera: Araceli Téllez] |
Universidad Iberoamericana – Ciudad de México Prol. Paseo de la Reforma # 880 Col. Lomas de Santa Fe. México, D.F. |
Araceli Téllez: Este conversatorio se llama “Violencia de género: resistencias y construcciones de cuerpos y territorios”, está en este segundo día del coloquio, aquí, en la Ciudad de México, en lo que se ha llamado el día en general: Violencias y resistencias. Nos da muchísimo gusto que esté aquí Xóchitl, Angie, y Cecilia, en esta mesa. Vamos a romper un poco el formato de todo, consideramos que es muy importante de verdad que estos conversatorios sean diálogos y podamos escucharles, y también que escuchen, por supuesto de este lado, a quienes estamos aquí en frente. Entonces la dinámica va a ser distinta, van hablar ellas brevemente, decir lo que quiera decir, compartir con respecto a este tema, y la idea es que después haya unas tres o cuatro participaciones con la idea de que se genere un diálogo. Colaboremos todos y todas con la cuestión del diálogo. La idea es que seamos breves. Digo, la idea es que sí haya un diálogo, pero que no nos quedemos con el micrófono forever and ever. La idea, les decía yo, vamos a escuchar tres o cuatro participaciones de este lado, y regresamos acá, para que realmente se establezca un diálogo. Otra cosa que modificamos en el formato…, yo tendría que hacer las veces de una moderadora formal y presentar y leer sus currículos y todo. Se niegan completamente, y voy a respetar su decisión. Entonces, cada una de ellas se va a presentar. Le voy a pasar el micrófono a Cecilia.
Cecilia Zeledón: Hola, buenas tardes. Muchísimas gracias por estar aquí. Pues vamos a romper con el protocolo, porque creo que eso es parte de lo pequeño o enorme que podemos hacer, entonces: yo soy Cecilia Zeledón. Voy a leer mi semblanza porque me ayudó a hacerle a mi hija, entonces estoy muy orgullosa de su ayuda. Ella me dijo: “vas a poner esto, y poner esto, y ponerlo otro”. Soy Cecilia Zeledón. Nací en Managua, Nicaragua. Soy maestra de historia y de vida, tengo los volcanes y los lagos adentro del corazón. Soy adherenta de la sexta, y enamorado de la lucha zapatista. Fundamos UniTierra Puebla hace cinco años. Soñamos con una pluriversidad donde compartir saberes, luchas, resistencias y esperanzas. Colaboro en el consejo Tiyat Tlalli con otras quince organizaciones de la Sierra Norte de Puebla, con comunidades nahuas y totonacas. Ellos son mis maestros y maestras. Estamos en la sierra mixteca con compañeros ejidatarios que están luchando todos contra mineras a cielo abierto, contra fracking, contra hidroeléctricas, contra proyectos eólicos. Ellos a eso le dicen “proyectos de muerte”. Ahí estamos. Ellos son mis grandes maestros de vida. Ahí, en la Sierra Norte, en la mixteca, defendemos a la madre tierra y a la madre agua. He dado clases desde hace quince años en la Universidad Iberoamericana de Puebla, de lo cual no estoy orgullosa, en varias secundarias, ahorita les digo porqué…, en varias secundarias, y hasta en Hammon College he sido invitada a dar una clase movimientos sociales. No estoy orgullosa de dar clases en la Ibero Puebla porque nos paga cada dos meses, no tenemos prestaciones, no tenemos aguinaldo, no tenemos vacaciones. Somos un ejército de desempleados que nos contratan por horas, y la verdad es que, o sea, me da mucho gusto poder decirlo aquí, y que hayan algunos ojitos Inquietos que lo escuchen, porque en la Ibero de Puebla no se puede decir. Entonces, bueno, creo que la vida sólo es posible en colectivo y sostengo en comunidad cada día que otro mundo es posible y urgente.
Araceli Téllez: Angie, ¿te presentas?
Angie Rueda: Ah bueno, sí, soy Angie Rueda. Nunca había estado aquí en la Ibero, yo estudié aquí hace muchos, muchos años, muchísimos años, di clases durante veinte años. Mis estudios de licenciatura, maestría y doctorado los hice aquí. En aquellos tiempos dónde teníamos comités con Centroamérica, cuando la revolución sandinista, la revolución centroamericana. Formé parte del sindicato de la Ibero, el factor de todo en la UACM, ______, trotskista en aquellos entonces, formábamos el primer comité del PRT trotskista en la Ibero hace muchos años, y me volví a sentir muy orgullosa cuando el 132, porque está es la Ibero en la que yo estuve. Ésta, que convoca la diversidad, el respeto, la utopía y la lucha. Soy una mujer transexual, soy transfeminista, lesbofeministas, estoy en dos colectivas, una colectiva que se llama Cuarto Violeta, que es para tomar conciencia, y el disfrute y ejercicio de nuestras cuerpas, deseos y sexualidades frente a las mujeres que gustamos, y amamos de otras mujeres, la diversidad de mujeres, y también aquí con Diana, que te agradezco mucho, Diana, el apoyo, la invitación, de activistas feministas, contra las violencias machistas, contra el feminicidio, trancsfeminicidio y lesbofeminicidio, gracias.
Araceli Téllez: Gracias, Angie. Xóchitl…
Xóchitl Leyva: Buenas tardes, y gracias por acompañar este diálogo. En un momento dado pensé que íbamos nosotras tres más la moderadora, porque hay de alguna manera cierta dificultad para estos temas, a veces porque violencias de género es como un tema demasiado violento, pero bueno, para presentarme yo solamente quisiera decir: en el 94, cuando se da el levantamiento armado zapatista, muchas mujeres estábamos teniendo una vida bastante convencional, a partir de ahí yo empiezo a preguntarme muchas cosas, de esas voy a hablar más al rato, pero hay…, lo que quisiera compartirles es que a partir de ese momento empezamos un tipo de activismo que trata de conjugar lo que sería lo que nos enseñaron en las universidades, desaprendiéndolo, y el trabajo de la otra política. Entonces yo me defino, junto con muchas otras jóvenes y compañeros, aquí hay compañeros, como Rosalba y Rolando, con quienes compartimos la Red Transnacional Otros Saberes, RedTOS, le pusimos, que es un conglomerado de núcleos que están en diferentes partes de América Latina y Europa, y también comparto con otros compañeros otros espacios que son constructores, buscadores de construcción de la otra política, la otra teoría, y entonces, eso es lo que podría decir yo que me define: una mujer en búsqueda de aceres y prácticas otras a partir de horizontes muy concretos, como son el horizonte zapatista de la autonomía integral. Yo así me podría presentar en este primer momento.
Araceli Téllez: Gracias, Xóchitl. Yo soy Araceli Téllez, soy parte de esta universidad, trabajo aquí, y soy parte de lo que se fue tejiendo justamente, para llegar aquí, a la universidad, a este coloquio de Tejiendo Voces. Nos sentimos muy, yo me siento muy agradecida, y muy…, ¿cómo diría?, muy entusiasmada, muy esperanzada, porque efectivamente, como dice Angie, creo que la universidad ha pasado por distintas etapas, y esta es una etapa que me enorgullece, también para mí, trabajar en esta universidad, porque es una etapa de apertura, de tratar de verdad de escuchar y de aprender de la gente que está haciendo trabajo afuera, y que las y los estudiantes también tienen esa posibilidad de acercarse a la realidad, no solamente a través de los discursos de las y los profesores, o de los libros, sino realmente con la gente que está ahí afuera haciendo trabajo para que los y las que estamos también aquí pues podemos pensar que hay alternativa y hay mundos posibles, yo también, como dijo Cecilia, quiero creer que hay mundos posibles y diferentes a los que nos está tocando vivir en esta época de violencia, y violencia además concentrada particularmente, focalizada evidentemente, con poblaciones muy puntuales: mujeres, niños, ancianos y ancianas, en fin, me da mucho gusto que estén ustedes aquí, y sin más vamos a comenzar. Cecilia…
Cecilia Zeledón: Bueno, muchas gracias otra vez. Yo les voy a platicar de Palestina, y primero les quiero contar por qué estoy involucrada amorosamente con la lucha de Palestina: una de mis hijas, la segunda, se fue a vivir a Francia y empezó a sentir en carne propia el racismo, y no es güerita, y no es francesa, y sus amigas y sus amigos son palestinos; y entonces empezamos a tejer una historia de amor que ahora estoy aquí sentada por ella, y ella está trabajando en una organización que se llama Gaza News, que es en el Facebook. Ella es la encargada de la página, y el trabajo de ella es todos los días poner las noticias que no van a aparecer en ningún medio noticioso porque, sabemos que vivimos en un cerco mediático. Entonces, bueno, esa es la primera invitación a romper el cerco, decimos nosotros. Y bueno, gracias al amor de mi hija estoy yo aquí también amorosamente. Tengo un hijo palestino adoptado de amor, ya hicimos un pacto de honor. Se llama Saaid Ajmed, tiene 24 años Saaid. Murieron su papá, su mamá, sus hermanos, en el bombardeo del año pasado en Gaza, en el 2014, durante 56 días de bombardeo, no sé si lo recuerdan ustedes. Fue atroz, fue un horror, y gracias a Ana, mi hija, encontré a Saaid, y entonces, bueno, estamos haciendo una locura, que es tejer el amor por las redes, porque no nos hemos podido conocer, pero ya nos prometimos así en face-time que palabra de honor, que algún día nos vamos a dar un abrazo. Saaid es un joven que estudió literatura y filosofía en la Universidad de Gaza, y en este momento él está luchando por salir de Gaza. Hemos hecho el trámite de que venga a alguna universidad en México. No lo logramos, por X, Y ó Z. En la BUAP no se pudo, en la Ibero tampoco se pudo. Estamos buscando en otros lugares…, bueno, total que encontramos en Turquía una universidad que lo acepta. Hay un cierto rechazo muy extraño hacia los palestinos, como si tuvieran lepra, sarna, o alguna cosa así, y como ya me toca que es mi hijo de amor entonces ya me duele mucho, ya no lo veo como un dato que yo les voy a presentar como historiadora que trabajo desde la teoría; no, les estoy contando la historia de mi hijo de amor. Gracias a él hemos tejido mucho amor. La lucha Palestina tiene rostro, tiene nombre y tiene apellido, tiene edad, tiene sueños, tiene llanto, tiene tristeza. Conocí a otra chica que se llama Soj Alaj. Soj estudió historia y también quiere venir, estamos tratando de conectarla con unos amigos en Alemania, entonces hemos hecho una red de amor. Yo les escribo siempre a ellos y les digo que lo más Rebelde es querernos, es amarnos, es compartir sus sueños, es que yo les cuento de la Sierra Norte y les mande fotos de los compas de la lucha y del Rio Ajajalpan. Entonces hemos empezado tejer para romper con estas…, con el cerco mediático. Conocemos también a un chavo hermoso que se llama Ajmed Salama. Ajmed es fotógrafo. Yo les pido que busquen las fotos de Ajmed. Él tiene un ojo impresionante, de hecho traigo una presentación con sus fotos pero creo que no hay…, no es el momento tal vez, pero bueno, los invito con muchísimo amor a que busquen en las fotos de Ajmed. Hay unas fotos de Ajmed que yo no puedo dejar de llorar cuando las veo, porque pienso…, hago toda una historia, una reconstrucción, como si fuera una postal: qué me quiere decir Ajmed cuando me muestra a un niño que está en ______, en un campo de concentración, que va escoltado por los soldados sionistas israelitas y va escoltado, y el niño va cargando su con tu colcha que tiene carritos. Entonces algo me está diciendo, me está contando toda una historia Ajmed. Ese es un cuate también que es otro amor impresionante. Hay otro amor que se llama…, es el doctor Abu Raid Albabin. Él es médico cirujano, y de él voy a hablar mucho ahorita, y les voy ahorita les voy a decir por qué; y otro chavo que se llama Ajmed Sami, que también es un amorcito, tiene 17 años, lo conocimos porque nos pidió trescientos dólares para operar a su padre que había perdido la pierna derecha y se le estaba engangrenando, entonces urgía conseguir trescientos dólares, los conseguimos, hicimos todo un circo para el mandar el dinero a Palestina. Antes Elektra mandar dinero a Palestina, ahora no lo manda, está cerrada la puerta. Etonces conseguimos un chavo de Boston mandara el dinero. Fue todo un circo. Todo esto se los cuento porque esto es, según nosotros creemos, los otros modos de conocer el mundo que no son datos duros. Puedo decirle también que hay un montón de gente que ha tratado de decir la verdad; yo le preguntes a Saaid, a mi hijo de amor, y le dije ¿qué quieres que le diga a la gente de la Ibero?, y entonces me dijo algunas cositas: 1) diles, por favor, la verdad; y le dije, bueno, o sea, ¿y qué es la verdad para ti? Y entonces me dijo: hay que desmitificar la construcción del Estado israelita. No existe el estado de Israel. Es una construcción forzada por los Estados Unidos, forzada por las corporaciones, forzada por el gran capital. Entonces él es manda, así, literal, y lo copié como me lo dijo, él quiere que ustedes sepan que el estado de Israel es una imposición, y me dijo, hay muchas palabras que yo quisiera arrojarlas, así me dijo él, la palabra apartheid, despojo, racismo, limpieza étnica, ocupación, desprecio, asesinatos cotidianos, desprecio a mi cultura, Gaza es…, y me contó, en Gaza, cuando el año pasado hubieron los bombarderos…, hay una como casa de cultura, y entraron a la casa de cultura los soldados, y él describe la forma como dejaron la casa de cultura: habían pinturas, habían creo que instrumentos musicales que…, bueno, se imaginan lo que es una casa de cultura; y este cuate dice que los soldados dejaron mierda embarrada en las paredes, que él es fotógrafo, Saaid es fotógrafo freelance también, y entonces entró ahí y me dijo que cuando entró a ese lugar no pudo dejar de llorar, porque dijo: este es el odio que nos tienen, nos embarran mierda en la pared. Entonces yo le dije, Saaid, vamos a hablar del cuerpo, vamos a hablar de las mujeres, y vamos a hablar del dolor de las mujeres, y entonces me dijo: no, entonces no soy yo el que te va a contar, y hablé con el doctor, con Abu, y me dicen que para él el dolor más profundo que encuentran el cuerpo de las mujeres es cuando están pariendo. Siguen teniendo hijos, siguen creyendo en la esperanza de que puede nacer un niño. Entonces le dije, ¿no me vas a contar de las bombas y de los brazos que les amputan, y de las piernas, y de los ojos que pierden?, y me dijo: no, el dolor más grande es tener un hijo. Yo acompaño a las mujeres a tener un hijo, me dice, y allí hemos encontrado que ahí está la esperanza. En este momento Palestina está viviendo lo que se llama la tercera intifada. Intifada quiere decir, en árabe, levantar la cabeza. Intifada no es guerra santa. Cuando nos traducen, nos traducen la mierda que nos quieren decir, para que nosotros creamos que todos los palestinos son terroristas. Ellos tienen en la mano una piedra, y en el corazón un hijo, eso es lo que ellos dicen, y nos vamos a dejar de tener hijos; y allí es donde, después de este largo preámbulo, quiero conectarme con ustedes y con el tema que la mesa nos convoca, que es el dolor de ser mujer. Son las mujeres palestinas, dicen ellos, son los jóvenes y las jóvenas palestinas las que están en este momento recogiendo las piedras del suelo para tirárselas a los tanques. No sé si ustedes sepan, pero desde 1947, impuesto por la…, por Estados Unidos y por la ONU, se da lo que se llama The Partition Plan, que es el plan que se parte…, entran los judíos que vienen, supuestamente vienen, del holocausto, y entonces se impone el estado de Israel con un ejército brutal, que es el mossad, que es un ejército de élite, donde la gente aprende matar permanente y sistemáticamente con las mejores armas del mundo. El mossad entrena, por ejemplo, en Guatemala, a los kaibiles, nada más para que tengamos una idea de lo que es el mossad. Los kaibiles son este grupo de élite del ejército guatemalteco que…, cuando asesinan a 800, 000 indígenas durante la lucha en 1980, ellos, para entrar a ese grupo de élite, tienen que matar a alguien, y comerse el cadáver. De ese tamaño es la violencia de esta gente. Entonces, bueno, en 1962, hay también una lucha enorme, y en el 80 empieza la primera intifada, que es esto de la piedra en contra de los tanques, y después la segunda intifada fue en el noventa y tantos, y la tercera intifada es en este momento. Entonces, yo lo que les traigo acá es el dolor del parto de las mujeres palestinas, están pariendo vida en medio de la muerte, pero no se rinden. Entonces, bueno, es un homenaje a estas mujeres hermosísimas, porque además son bellísimas las palestinas, impresionantemente preciosas, y están dando con su sangre, con su piel, con su leche, están amamantando lo que ellos llaman Palestina, que es el sueño común. Al conocer a mucha gente he entendido ya que es un sueño común Palestina. Igual podemos usar una categoría que se llama “pueblo-territorio”. Ellos, al decir Palestina, están diciendo su vida misma. Acaba de pasar una fiesta muy importante para ellos, donde hacen pan, donde hacen, o sea hacen ayuno, y después hacen el pan, y hace muchas cosas, y entonces ellos celebran la vida con el pan. ¿Quiénes hacen el pan?, las mujeres, y hacen el pan verdaderamente, pero con migajas. Entonces el milagro…, no sé cómo decirlo, la magia que hacen esas mujeres es: de las piedras sacar la vida, del dolor y de la muerte sacar a sus hijos, entonces yo creo que hasta ahí me quedaría. Hay muchas cosas, anécdotas, pero sí quiero decirles que ya Palestina no es un tema de un coloquio, Palestina son muchos amores, y creo que eso es la fuerza de las mujeres, que podemos tejer sus amores. Muchas gracias.
Araceli Téllez: Gracias, Cecilia. Nada más reafirmando lo que compartía Cecilia, que también escuchamos ayer en las mesas, esta idea de que tenemos que cambiar nuestra manera de entender la relación de los seres humanos con el territorio y con las culturas, porque de pronto, efectivamente no es un territorio, es la vida es…, ayer hablaban los de Xochicuautla, y es el bosque, es la vida, entonces creo que no importa si es aquí en el Estado de México o en Palestina, está esta manera relacionarse que no terminamos de veras muchos de entender, si no nos acercamos, si no la escuchamos si no la…, realmente tenemos como esta parte de contacto con los seres humanos, sobre todo. Angie…
Angie Rueda: Sí, gracias. Bueno, la presentación que les voy hacer es sobre el tema específico de violencias contra corporalidades, deseos e identidades. Yo planteo que la reproducción de los sistemas sociales, como han existido, son dominantes y hegemónicos, supone el control y dominio sobre los cuerpos, los deseos eróticos sexuales, las identidades, expresiones, y experiencias de género. Y en este planteamiento se teje lo que hemos venido denunciando desde diferentes ámbitos, desde diferentes feminismos, ahora la tercera ola de feminismo sobre la diversidad, en relación con la articulación que ha estado presente en este foro, entre el sistema patriarcal, el régimen heterosexual, el orden simbólico heterosexual, el sisexismo, ya les comentaré, el binarismo de género como componentes culturales, socioculturales y políticos, que se articulan con el sistema socioeconómico del capitalismo en su fase de la globalización, y sus expresiones de racismo, y ecocidio. Esta reproducción descansa en tres ejes fundamentales, por cuestión de tiempo, que es el tema de la normalización. La normalización, es decir la norma, lo que se supone que hacemos, y cómo lo hacemos, si se supone que es lo correcto, lo legal, lo santo, lo divino, entonces es lo que debemos de hacer: la norma. La norma sociocultural, la norma jurídica, la norma política. La naturalización, con base en el esencialismo biologicista, que para nosotras las mujeres es fundamental, porque ahí está buena parte de la justificación de estas violencias, de esta subordinación, de esta servidumbre en la que hemos vivido, y lo necesario. Esta normalización, y su naturalización, justifican la existencia de ciertas prácticas como necesarias para la reproducción del orden social. Como algunos ejemplos, como algunos temas, desarrollaré el tema de el caso de la identidad y expresión de género. Yo, como una mujer trans, la transfobia o el prejuicio sexual a las personas trans se manifiesta de una manera fundamental en lo que ha sido la psiquiatrización y la patologización de nuestra identidad y expresión de género. Por otra parte de la lucha, que rápidamente mencionaré después, tiene que ver con lo que ha sido la campaña mundial el STP-2012, que es la despatologización de las identidades, expresiones y experiencias trans, que hemos llevado desde 2009 en París, en Barcelona, en Madrid, y hoy, el pasado 24 de octubre, tuvimos 55…, en 90 ciudad de 55 países, manifestaciones en contra para que se nos despatologice. Lo logramos a medias. En el manual diagnóstico y estadístico de la asociación psiquiátrica americana, del 20 de mayo de 2013, que ya nos llama como distrofia de género. Todavía…, y eso tiene que ver con que, si en Estados Unidos la medicina privada no dicen que estás enfermo, entonces los seguros médicos no funcionan, y entonces no hay cirugías de regeneración de sexo, que en el mercado mexicano por ejemplo están en $350,000. Está el hecho de que esta psiquiatrización y patologizacion todavía implica, según diferentes estudios, que la mayor causa de muerte no natural de las personas trans, y específicamente las mujeres trans, es el suicidio. El suicidio, es el Ya me cansé. Y estoy hablando de sociedades democráticas, las sociedades escandinavas o nórdicas. Estoy hablando de los asesinatos. Entre el 2008 y 2014, según nos dice el observatorio de asesinatos de las personas trans, han muerto 1,356 personas en América Latina, que son el 78% de los registrados ese año, de los cuales en México se produjeron 124, el 14%. Estoy hablando de la transfobia como una manifestación cultural, social…, platicaba ahorita con los compañeros de la radio Ibero, que es una cosa muy interesante. Lo digo, sobre todo, para las personas…, hoy las personas de la diversidad sexogenérica, sin embargo, a pesar de estos datos, ya no somos los, las, les más parias del mundo. En Estados Unidos la comunidad afroamericana le ha reclamado Barack Obama que ha dado más apoyo a la comunidad LEGBTIQ que para la comunidad afroamericana. Hoy en México, en la Ciudad de México, somos las niñas, niños bonitos de Miguel Mancera en su candidatura que busca la candidatura del PRD para disputarle a Andrés Manuel López Obrador de MORENA, por la candidatura de izquierda. El viernes pasado, en efeméride oficial, se declaró el día de las personas trans, porque el 13 de noviembre de 2014 se logró la segunda reforma jurídica que establece identidad de género, y que ciertamente, déjenme decirles, porque esas cosas pasan en México, ¡esas cosas pasan en México!, en que a veces el pueblo también gana, en que por los intereses políticos, lo que llamamos hoy la revolución pasiva desde los grupos de poder, tenemos la ley de identidad de género más avanzada del mundo, ¡del mundo!, con excepción de la Argentina, porque es federativa, y el lunes la Ciudad de México va a ser declarada la ciudad LGBT friendly. Vamos a tener feria y una serie de cosas así. Hoy es más peligroso ser un maestro de la sección 22 que lucha, de la CNTE, que ser una mujer trans. En el D.F., sí, claro, por supuesto en el D.F. En el caso del tema del deseo, quiero referirme en particular a un tema que me impacta mucho como mujer lesbiana, que es la lesbofobia y los lesbofeminicidios. Es un tema que se ha tocado poco, porque las mujeres pasamos invisinilizadas. Lo platicaba ahorita con la compañera Valiana, cómo aparentemente lo que se conoce es sobre el mundo gay masculino, sobre las personas trans, porque hemos luchado, por que somos visibles, porque somos legibles, somos copiadas por nuestro origen fenotípico, pero las mujeres lesbianas somos invisibilizadas, y existe una cuota de lesbofeminicidio, y particularmente quiero referirme a la práctica coercitiva de las violaciones correctivas. Es común, acaba de pasar la semana pasada, que se produzcan violaciones en familias, con hermanos y amigos de los hermanos, tíos, en contra de una mujer lesbiana, para que entienda qué significa ser una mujer, que significa ser heterosexual, y aquí quiero detenerme del tema que para nosotras, quienes defendemos el lesbianismo político, la lesbiandad conversa, el problema no es solamente el patriarcado y no solamente es capitalismo, si no es el régimen y el orden simbólico heterosexuales. Es la creencia naturalizada y normalizada de que las relaciones heterosexuales “son”. Que no hay ni siquiera que plantear por qué es heterosexual. Supuestamente la gente es heterosexual, es lo común ser heterosexual, es normal ser heterosexual, es natural ser heterosexual, es lo legal ser heterosexual, es lo divino ser heterosexual, y se dice, en el mejor de los casos, es la mayoría. Además de que yo tengo serias dudas de eso, nosotros planteamos, que la lesbiandad política, el lesbianismo político, la lesbiandad conversa, no es solamente de tener relaciones eróticos sexuales y amorosas entre mujeres, entre quienes nos asumimos como categoría mujer, entre quienes nos construimos, nos asumimos y nos la jugamos con mujeres, y por las mujeres, con Independencia en la parte biológica esencialista, genotípica y fenotípica, sino que es la construcción de sororidades e identidades entre mujeres, que justamente el patriarcado ha buscado destruir durante todos los siglos. La sororidad entre mujeres, la intimidad entre mujeres, que no necesariamente tiene que ser sexual, pero que sí es profunda, que sí es, en el sentido mejor de la palabra, espiritual, y que nos permitirá, tema fundamental de hoy, tener una diversidad de posiciones incluso en la lucha que nos une a las lesbianas políticas con el transfeminismo, ir en contra, superar, llegó en momento en el que superemos a categoría de mujeres y hombre, y supremos el sisexismo y el binarismo de género. El tiempo que se nos, va entonces quisiera plantear el tema de lo que nosotras entendemos como lo que es el transfeminismo. El transfeminismo que tuve el gusto…, aquí está la compañera Nayeli, que expusimos en el décimo encuentro nacional feminista, llevamos el transfeminismo, también con ______, que estuvimos ahí. Decía: las mujeres trans, hay mujeres trans que nos asumimos como feministas, incluso que no nos limitamos al tema de los derechos humanos de la diversidad de sexogenérica, sino que asumimos el concepto de la disidencia sexogenérica, del transfeminismo y el lesbianismo político. Nosotros planteamos que el transfeminismo, que es de la tercera ola que proviene, rapidísimamente, de los feminismos de color del tercer mundo, y el tercer mundo estadounidense, la disidencia sexogenérica, el desplazamiento geopolítico, de lo queer a lo queer, el movimiento por la despatologización de las identidades y experiencias de las personas trans, del que hablaba, y los devenires minoritarios o diversidad funcional, de edad…, si bien es cierto que sigue viendo habiendo un adultocentrismo también hay en una adultofobia impulsada por el comercio capitalista, y una viejofobia, las migraciones y la precarización laboral y económica. Entonces, nosotros planteamos que si bien es cierto que ser mujer ha sido parte del debate, si el debate del feminismo, los feminismos, es quiénes somos las mujeres, y cuál es el sujeto, la sujeto, y el sujeto del feminismo, y cuál es la agenda, y nosotros planteamos que hoy en día, estoy segura, en el próximo…, el 14 encuentro feminista americano y del caribe, no Solamente vamos a estar mujeres tras, no solamente va a haber hombres trans, como estuvieron la vez pasada en el Perú, sino también habrá personas no binarias que digan soy feminista, porque encuentro el feminismo y el transfeminismo un espacio de lucha, un ámbito de sororidad, un conjunto de ideologías para ir en contra, no buscando la igualdad de género, no buscando el mejoramiento, el empoderamiento de las mujeres, sino buscando confrontar la sociedad patriarcal, la heteronorma, el sisexismo y el binarismo. Y lo último, y ya para terminar esta primera parte, señalarles…, nosotros planteamos qué más más importante que saber quién eres, más importante que saber quién eres es saber por qué luchas, en qué espacios y junto a quién das las batallas. Eso está, eso estuvo en la primavera del Cairo, en la primavera árabe, a la base del Wall Street ocupy, a la base del 15 mayo en Barcelona, España, y en Madrid, España, a la base del 132, en 2012, a la base de Ayotzinapa, en México. Gracias.
Xóchitl Leyva: Bueno, pues de verdad que me siento muy orgullosa de estar con ustedes y con las compañeras en esta mesa, porque creo que lo primero, para abordar el tema de cuerpos, territorios y resistencias, lo primero que tendría yo que decir es que ser mujer, darme cuenta de que soy mujer, de que ahí, sí, una especificidad en nosotras, sin universalizar, sin esencializar, pero que somos mujeres, parece aquí como dado por hecho, pero para muchas de nosotros ha significado un proceso, no está dado por hecho, o sea, en ningún lado, universidades, iglesia, blah, blah, blah, familia, ese es un tema de debate, discusión, construcción colectiva, blah, blah, blah. Entonces, a lo mejor muchas de ustedes comparten conmigo este proceso en el que estamos, y por eso es tan importante estar en esta mesa con estas disidencias que las compañeras representan. El segundo punto que quisiera decir es que, aunque me sentí muy contenta con la invitación, cuando vino el concepto de violencia de género con la mesa me entró un escozor terrible, primero algunas amigas mías feministas me dijeron, pero a ti porque te invitan si tú no eres feminista, y ese tema es de feminismo. Yo siempre me he reivindicado como una feminista de a pie, sin templos, sin madrinas, sin padrinos, sin nada que me reconozca, porque como las zapatistas, sin permiso o con permiso, somos mujeres feministas en el sentido de la lucha que han indicado las compañeras. Entonces, el asunto que me viene al escozor fue porque yo ya había leído un texto de un gobierno, de un estado, cuyo nombre no necesitamos ni decir, de esta ocupación de algunas feministas institucionalizadas en los institutos de la mujer, y este es un libro que ustedes pueden encontrar en algún lado por ahí, que nos habla de cómo en estos espacios la violencia de género es el concepto eje, y les voy a decir por qué me dio el escozor. Fíense como dice: cuenta aquí la experiencia de cómo se hicieron talleres dentro del instituto, de ese estado, en ese espacio, lo importante que fue para la comunidad, es el trabajo comunitario. No quiero desacreditarlo de entrada, yo creo que en esos espacios están sucediendo cosas importantes, sobre todo importantes para muchas mujeres, niños y niñas, ancianos, de las comunidades que se involucran. No quiero mandarlo al arsenal de yo, la poderosa juzgando ese trabajo, pero el escozor no puedo dejarlo, y dice: “la violencia de género es un componente estructural de la sociedad. Vivimos en una sociedad sexista, que utiliza las diversas formas de maltrato para controlar, someter y discriminar a las mujeres”. Así, de primer golpe, yo creo que nadie estaría en desacuerdo con esto que se dice aquí. Después va narrando cómo se hace esto en la práctica, con las comunidades. Como digo, creo que es importante que esos espacios se hayan ocupados por compañeros y compañeras que están llevando adelante estos trabajos con estas categorías, pero a la vez creo que todos y todas aquí, dado que seguro muchos trabajan estos temas, o encarnan estos temas, hay una despolitización, des…, quitarle el tuétano, de quitarle el filo, quitarle la parte de lo que aquí hemos oído en estos días. Lo que hoy se dijo en la mesa: el patriarcado como la raíz de lo que hoy nos destruye, y lo que agrega Angie: no es solamente el patriarcado, es también la heteronormatividad. Eso es lo que me molesta en este otro que les leí, hasta allá no llega, es decir no alcanza, por ejemplo, a mirar lo que ayer nos decía Claudia, aquí también, en esta mesa: el patriarcado, como el odio a la vida que no se encarna. Entonces, por eso el escozor. La segunda parte que quisiera compartirles es cómo he venido caminando este aprendizaje de una manera que los y las zapatistas nos invitan, y que muchas veces no se nos da de manera natural: escuchando. Caminar escuchando. Eso ha sido bastante difícil, porque como universitarias, como profesores investigadores estamos acostumbrados…, o como activistas también, a que nos escuchen hablar. Escuchar no se nos da, así como de natural de primera mano, a menos que nos pongan en estos escenarios donde tengamos que escuchar 15 minutos a quien habla. Pero entonces si les platico así, súper chiquitito, cuáles han sido mis maestras y mis maestros en este caminar, tendría yo que hablar de la ley revolucionaria de las mujeres zapatistas, porque cuando ellas echan, primero discuten internamente esta ley, y luego le echan a conocer al mundo después del primero de enero del 94, allí el centro son los derechos. Ya había muchos centros de defensoría de Derechos Humanos que estaban trabajando en los derechos en Chiapas, ellas no ponen el primer punto de los Derechos sobre la mesa, pero cómo lo ponen es lo que nos interpela: en una declaración al gobierno mexicano de guerra, para poder discutir la condición en la que vivían los indígenas, y cuando nos sumamos la sociedad civil, los y las mujeres que hacemos eco sus demandas. Ustedes se acuerdan de las once, treces demandas zapatistas. Entonces no era solamente echar una declaratoria, era encarnar la lucha de derechos ¿a partir de la construcción de qué?, de autonomía, ¿y eso qué implicaba y qué tenía que ver con nosotras?, pues tuvimos que revisar, no solamente las que estábamos, yo llegué a esta región en el 87, antes de levantamiento, a trabajar en la parte política del trabajo político que tenían ellos de cara hacia el mundo. Entonces cuando ellos echan, y ella se echan esta ley revolucionaria, y a la vez la acompañan de acciones concretas, como: construcción de municipios autónomos, el mensaje estaba poderoso. No se trataba solamente de declaratorias, no se trataba solamente de la defensa de los derechos de las mujeres, se trataba de la construcción autonomía de nosotros mismos, poco a poco fuimos entendiendo que esta autonomía integral era una manera en que nos estaban invitando ¿a qué?, como ya se ha dicho aquí muchas veces: resistir y organizarnos, ¿pero organizarnos cómo?, y ahí empezó un caminar de la conformación de colectivos. No les digo en cuántos colectivos hemos estado, hemos formado, hemos echado a andar, se han levantado, han sido caminando por muchos años, se han caído, bueno, esa parte no se las cuento, pero seguro que ustedes saben lo que implica trabajar dentro de colectivos en donde se construye, o se busca construir, la otra política. Esto es, por su parte, las compañeras zapatistas. Luego están ahí al lado, juntito, las compañeras de una organización social que se llama Las Abejas. Organización de Las Abejas, la Organización de la Sociedad Civil de Las Abejas, que, fíjense, Sociedad Civil, no es ni el gobierno, no es ni las zapatistas, es la sociedad civil, con una mirada pacifista, una mirada pacifista que se ponen en un momento particular de algidez de la guerra contrainsurgente, en oración, para poder sacar adelante las luchas intestinas que hay dentro de las comunidades, como ustedes supondrán, cuando hay una guerra todo se va patas pa’ arriba, y cuando las demandas son vistas como una amenaza nacional e internacional, el poder echa sus ejércitos y sus tanques, y en ese contexto, las compañeras mujeres de la Sociedad Civil Las Abejas, oran. Son un brazo, podríamos decir, de la teología de la liberación, que ustedes saben, el simbolismo en el período de gobierno, podríamos decir, del Tatik Samuel Ruiz en Chiapas, él…, discúlpenme la intervención gubernamental, pero el poder creado por la teología de la liberación, a la cabeza Samuel, el Tatik Samuel, tiene organizaciones que se van construyendo en esa teología de la liberación, con todo lo que implica la liberación, pero cuando en diciembre ellas se ponen a orar, viene una masacre horripilante de paramilitares que en la oración masacran…, generalmente se dice a 45 personas masacraron, ¡no, no, no, no, no!, discúlpenme. Precisión: 19 mujeres, 14 niñas, 4 niños, 8 hombres, y 4 no nacidos. Imágenes cómo se masacró a los no nacidos, nacidas, no nacidos, no sabemos, porque no hay una autopsia, si eran no nacidas; entonces aquí hablábmos hace rato de lenguaje que mata: el epistemicidio a través del lenguaje. Cada vez que repetimos que la masacre de Acteal de pueblos paramilitares, fue realizada en contra de 45 indígenas, repetimos el discurso oficial que anula que no fueron solamente así indígenas, fueron en su mayoría, como les dije, mujeres. Mujeres que fueron en sus cuerpos violentadas y masacradas. No voy a entrar en el detalle de la masacre. Es una guerra de horror, y por eso me molesta la manera tan tibia de estos cuadernitos, cuando esa guerra de horror, en su violencia de género con esos límites conceptuales no permite hablar de esto, al contrario, lo aplasta, lo aniquila. Y, por último. y ahora sí con eso me cayo. Gracias a la compañera Rosalba, y al compañero Rolando que no reciben en su casa, y nos invitan, acá están los dos, nos invitan a unos diálogos allá en su casa adoptiva, conozco más de cerca a Emma Chirix. Emma Chirix, una mujer, luchadora social, maya cakchiquel. Traigo aquí el libro, porque yo no quiero hablar por Emma Chirix, jamás de los jamases usurpar las palabras de las compañeras, ellas se paran solas, y las guatemaltecas, todos los que conocen Guatemala, saben que ella está necesitan ventriloquias comprometidas, ellas hablan con su voz y retumba el cielo, después de 36 años de guerra. Todo esto que les estoy diciendo, o sea las compañeras zapatistas, las compañeras abejas, en contextos de guerra; de guerra de verdad, militarizada, no solamente de guerra en los términos simbólicos, o en los términos teóricos que podemos decir. ¿Por qué traigo el libro de Emma?, el prólogo dice que es la primera mujer que plantea el tema de los deseos de nuestro cuerpo discutiendo el cuerpo como territorio-tierra las cuestiones de erotismo, género, y feminismo. Un feminismo maya, que, por supuesto ellas siguen a las mujeres de color que Angie decía, pero también beben de Foucault, y también beben de otras feministas que le sirven para tejer una verdadera ecología de saberes. Si hay ecología de saberes está aquí. Muchos nos llenamos la boca de al término que ahora está de moda, pero hacerlo carne, aquí está el trabajo. Yo les invitó a revisarlo. La revisión desde los conceptos, y la concepción maya kaqchikel guatemalteca nos interpela hacia qué estamos entendiendo por erotismo, cómo vivimos nuestros cuerpos y cómo, en contextos de guerra, nos podemos levantar con dignidad, y hacer escuchar nuestra palabra, y con eso es lo que quiero cerrar. Creo que pertenecemos muchas de nosotras a un movimiento en donde el frente de lucha es la guerra epistémico-teórica-política. Es decir, cuando ganamos estos espacios, como Angie dijo, esta es la universidad que yo quiero, vamos ocupando territorios con nuestros cuerpos, el de Angie, el de Cecilia, el de Areli, el de ustedes. Es una ocupación, entonces la guerra de ocupación no está solamente allá, está aquí con nosotros, y en la medida en que lo asumimos, lo encarnamos, lo enfrentamos, y teóricamente lo levantamos, porque los espacios académicos, con todo el respeto que me merecen ellos, porque yo también tengo una pata allá, si no hablas ciertos conceptos teóricos, si no sabes luchar, como hace la compañera ésta. Aquí está el otro libro que le recomiendo: el evento que da pie a todo este debate de la hidra capitalista, aquí dicen los compañeros y las compañeras: lo teórico, eso de las ciencias sociales nos sirve como herramientas. ¡Claro que no sirve!, vengan ustedes académicos, aquí, a platicar con nosotros, aquí vamos a platicarles, vamos a decir la economía política de las comunidades zapatistas, desde las mujeres, eso que estamos viviendo hoy, esto que estamos viviendo hoy, es, para mí, la esperanza. Gracias.