Se compartió una preocupación que nuestra casa común, la que habitamos, se cae a pedazos. Se reflexionó lo que significa el decir que somos mujeres y los hombres de maíz, ya que no es una simple metáfora, sino que el maíz nos ha moldeado formas de ver nuestra casa común, como el espacio donde hacemos la vida, y en ese hacer vida, se encuentra principalmente el seguir siendo lo que somos, seguir siendo y haciendo la milpa.
Se entretejieron diversas preocupaciones, ya que nos quieren quitar lo que nos hemos sido por más de 10,000 años, nuestro maíz corre peligro, la diversidad que caracteriza la milpa, y a nosotros mismos, se encuentra en riesgo inminente. Pero también se discutió que no sólo el maíz corre peligro, sino la vida en sí misma. Ante esta constante amenaza, se cuestionó cómo seguimos cuidando y reconstruyendo la casa común y la vida.